En las puertas de Taphäuser

Soy batería desde antes de haberlo sido. He tocado en multitud formaciones de
distintos estilos y he aprendido mucho en todas ellas. A veces el aprendizaje no es
estrictamente musical, a veces no es especialmente agradable. Siempre, cualquier
nuevo logro no es más que la llave para seguir buscando y tras cada puerta los
caminos posibles son más y más largos. Llegué a interesarme por el Stick tras ver
en directo a su mayor embajador, Tony Levin. La aparente sencillez de ejecución
y el potencial desarrollo de la polirritmia me atrapó desde el principio.Parecía la
herramienta ideal para expresarme armónicamente. Mientras esperaba a que llegase
mi Stick me puse a ensayar en el bajo de un amigo poniendo un trapo en el primer
traste. Una vez el instrumento cayó en mis manos, las ideas brotaron a montones
(cantidad no implica calidad, claro).
El Stick fomenta una actitud musical activa, ensayar mucho, investigar nuevos
caminos, componer, sacar canciones... y así hice. En pocos meses creo que ya
estaba dando conciertos con un grupo de versiones y en algo más ya me atreví
a probar solo.
El hecho principal y que más alegría me ha dado es sin embargo el conocimiento
armónico. El Stick me ha enseñado de forma más fácil y casi automática a entender
cosas que antes, por ejemplo con el piano, podía tocar sin saber muy bien lo que
estaba ocurriendo. Supongo que por la simetría de su afinación.
Un inconveniente es que Stick Enterprises no es una empresa corporativa, y su
establecimiento para manufacturar y reparar está en un único punto en el mundo.
Como las demás empresas de este tipo de instrumentos, todo son luthieres.
Si no vives cerca, el envío puede resultar largo y caro.Por suerte tienen instrumentos
terminados listos para zarpar (además de los personalizados) y una lista de Sticks de
segunda mano. Frente a la guitarra y el bajo, el Stick ofrece un mayor rango tonal y
un ajuste óptimo para la técnica de tapping sin necesidad de hacer fuerza o subirse
mucho el volumen y gran expresividad. A pesar de ello el timbre de la guitarra y el
bajo sigue encantandome y con el Stick no nos encontramos ante la evolución de la
guitarra que la hará desaparecer (como algunos pensaban en sus inicios).
Son instrumentos distintos igualmente bellos. El sonido ya depende de si te gusta o
no la cuerda percutida.
Las posibilidades, como en cualquier instrumento, son infinitas. La mayor diferencia
con otros es que éste no cuenta con una larga tradición y ortodoxia que nos enseñe
ergonomía y eficacia o que nos limite con el cómo no ha de tocarse.
Eso hace el viaje quizás más lento pero también más emocionante. Y a donde quiera
que me lleve como pasajero, sé que estoy al principio, frente a algo grande.

Juan Dahmen
Junio  2013
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Juan Dahmen , Albacete, es un músico con esa inquietud por investigar imprescindible en todo stickista. 
Que guitarristas y bajistas se hayan mudado, a tiempo compartido, al stick nos parece algo natural.
Si lo hace un teclista. Pensamos en una experiencia interesante. Si lo hace un saxofonista ( Jim Lampi ).
lo vemos como una apertura de posibilidades a la polifonía. Y si en este caso es un batería la cosa es notable
por aquello de ver lo que puede ofrecerte el instrumento.
Gracias Juan por tu colaboración
 
Epakta


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