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.Objeto mágico
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Creo que la primera vez que lo escuché fue en un disco de King Crimson, pero
sin saberlo. Luego tuve oportunidad de ver a Guille Cides en vivo en Bs. As.
y escuchar a Steve Adelson. Fue clave porque entendí que el instrumento podía
satisfacer mis espectativas de tocar lineas de bajo al estilo "walkin", pensando a
la vez en melodías, solos y acordes para la otra mano.
Honestamente fue bastante difícil en un comienzo comprender la lógica del
Chapman, pero a fuerza de prueba y error fui familiarizándome cada vez más
con los distintos territorios de su registro.
De adolescente tenía la fantasía de viajar por el planeta con un equipaje de mano
mínimo y un instrumento ligero. Mucho tiempo creí que sería alguna suerte de
guitarra pequeña, un requinto o algo así, pero cuando supe del Stick, entendí que
verdaderamente era lo que mejor quedaba para mi filosofía de trabajo. El combo
se completo con un pequeño amplificador Roland "mini cube".
Cuado tengo oportunidad defiendo al arte callejero. No solo por haberme resultado
una verdadera escuela de música y de vida, sino también para sacarlo de la categoria
de "arte menor". Pues al contrario, entiendo que toda expresión genuina de la cultura
empieza en los espacios públicos, justamente como una expresión coloquial de los
pueblos.
Nunca me gustó demasiado la idea del artista como fenómeno aislado del mundo
y desconectado de la cotideaneidad, paradigma obsoleto en una era en que la
informacion tiende a democratizarse. Además, aquel formato exacerbadamente
individualista no deja cosas muy constructivas ( vacua idolatría, culto de la 
personalidad, fanatismo bobo, mitificación, etc). Aquello puede hallarse no solo
en el arte, por supuesto, (politica y religion pueden encabezar la lista, pero el
esquema es el mismo). La supuesta imagen  liberadora del rock ha funcionado
a menudo como una sustitución de la moralidad cristiana, en especial para quienes
ya no se veian seducidos por tales contenidos.
Sin embargo a menudo se ha reincidido en los mismos horrores ontólogicos.
La gran paradoja personal que me acompaña es que el Stick es un instrumento
bastante solitario. Todo el trabajo de disociación, que sin dudas es infinito, es
comparable al ejercicio que un actor hace para vivenciar más de un personaje
en la misma obra.
Todavia sueño sonidos referenciales para cada alter ego que juega el instrumento
mientras un tercero neutro observa con la mayor distancia posible. Todo un guiño
para Konstantin Stanislavski.
En diez años de nomadismo pasé momentos de todo estilo con el instrumento,
durmiendo en playas, barcos, calles, carpas, balnearios, restaurantes, comunidades,
albergues u hoteles. En tal aventura, que me llevo por más de treinta países, aprendí
lo necesario para hacer del Stick un canal entre la música y los oyentes. 
Por supuesto el aprendizaje sigue. 
Finalizando, menciono otra de las grandes fuentes de aprendizaje en este camino, 
la interacción con otros artistas. Pues música es un lenguaje. Simpático esperanto
atávico que nos invita a cruzar límites.
 
 
Zal Juglar
Moscú -  Rusia
Diciembre'   2018
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Gracias Zal por compartir experiencias.
Epakta

 El Último New Age

 



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